A todos nos ha pasado alguna vez. Mi experiencia en tienda me ha enseñado que, en general, tendemos a comprar los zapatos más pequeños de lo que toca. No sé cuál será la razón, quizás que el pie pequeño es más agradable a la vista o que el zapato en sí mismo, cuanto más baja de talla gana en atractivo como objeto.
El caso es que, desgraciadamente, todavía no se ha inventado la máquina que re-dimensiona la materia. Y aunque los milagros no existen -o yo al menos no he presenciado ninguno- podemos resolver este problema de cómo agrandar tus zapatos empleando varios métodos si los has comprado media o una talla más pequeños.
Métodos para agrandar tus zapatos:
El más efectivo es el de toda la vida: llevar los zapatos al zapatero remendón de tu barrio. ¿Por qué? Porque ellos disponen de unas hormas que se introducen en nuestros zapatos y podemos indicarle al señor si queremos alargar, ensanchar o ambas cosas a la vez. Las hormas que se comercializan para el público en general, simplemente ayudan a conservar la forma de nuestros zapatos cuando están en el armario, pero no ejercen la presión suficiente como para agrandarlos. Así que, a buscar el zapatero más cercano. Y pídele que el zapato esté con la horma dentro al menos durante 24 horas.
Conjuntamente, o por separado, se puede utilizar un spray dilatador, cuyos componentes tensioactivos hacen que la piel se dilate. ¿Cómo agrandar tus zapatos con este producto? Pues se aplica en el interior y cuando aún está húmedo se introduce el pie, que ejerciendo presión, hace que la piel se expanda. Si tecleáis en google “spray dilatador cuero” encontraréis opciones como esta:
También hay otros métodos, que nosotros no recomendamos, como aplicar alcohol isopropílico, porque daña el acabado de la piel. O incluso hay quien recomienda introducir los zapatos en el congelador con bolsas de agua, para ejercer presión. Pero si la piel es delicada, una temperatura tan baja y la humedad no le van a hacer ningún bien. Por ejemplo nuestro modelo Paolo está hecho en piel trenzada a mano que teñimos en nuestro taller y sería un crimen meterlo en la nevera.
Cómo os decía, se pueden obtener buenos resultados, pero la próxima vez que vayáis a comprar zapatos dedicadle un poco de tiempo a probarlos como es debido. Un calzado pequeño es insufrible, pero si nos pasamos de talla, además de descalzar, provocaremos unas arrugas antiestéticas que arruinarán la belleza de la pieza más especial de nuestra vestimenta.