Por qué abusar del calzado deportivo es perjudicial para tus pies… y también para tu estilo.
Zapatillas, sneakers, deportivas, bambas o como quieras llamarlas, son omnipresentes allá donde vayas. No hay más que darse un garbeo por ahí y fijarse en los pies de los viandantes para confirmarlo.
Jóvenes y adultos las lucen pensándose estupendos y estilosísimos combinándolas con prendas de firma caras que equilibran la balanza. Pero en otros casos, cuando el outfit es low cost, el resultado es un look… low cost.
(Recuerda, un buen zapato -limpio- es siempre un aliado. Levanta cualquier estilismo por cutre que sea).
Las deportivas se han convertido en el uniforme del tiempo libre y también en el de las empresas con normas de vestimenta laxas. Su omnipresencia ratifica que la tendencia no solo está aquí, sino que ya se ha quedado.
Pero vamos al fondo de la cuestión.
Seguramente no sabrás que una de las razones más importantes de su éxito es la rentabilidad que obtienen las firmas que las fabrican. El margen de beneficio que consiguen es mucho mayor gracias al empleo de materiales más económicos -básicamente plástico- y un proceso de producción más competitivo que el de un par de zapatos. Vamos, que son el fast food del calzado.
Y lo más importante, lo que nos ponemos en los pies no solo tiene una trascendencia estética sino que también afecta a nuestra salud.
EL ABUSO DEL CALZADO DEPORTIVO ES PERJUDICIAL PARA NUESTROS PIES
De nuestros pies depende la salud de nuestras articulaciones, nuestra capacidad para caminar erguidos e, incluso, para optimizar el rendimiento deportivo, por citar solo algunos ejemplos, pero lo cierto es que buena parte de la población general sigue ignorando su cuidado y sus necesidades.
Gracias a los 26 huesos, 33 articulaciones y 107 ligamentos que los componen es posible moverse de un lugar a otro, garantizar la estabilidad necesaria, y soportar el peso de nuestro cuerpo. Pero, su maltrato puede ser la causa del dolor de rodillas, problemas de menisco, males en la cadera o en la columna vertebral (lumbalgias, ciatalgias y discopatía vertebral, entre otros). Por eso, es importante transmitir a la población la necesidad de elegir el calzado apropiado.
A todos nos gusta estar tirados en el sofá ¿verdad? Pero ¿es bueno pasar muchas horas tumbados en él? No. Pues el mismo argumento se puede aplicar a los pies.
Las zapatillas son muy cómodas, pero no deberían ser el único calzado que empleamos. El pie está creado para caminar descalzo y si lo acostumbramos a pisar sobre una superficie tan blanda, provocaremos problemas futuros, fascitis plantar, pies planos, etc.
SI CORRER NO ES ANDAR, ¿POR QUÉ USAR ZAPATILLAS DE DEPORTE PARA CAMINAR?
Las zapatillas deportivas han sido diseñadas para facilitar la práctica de un deporte, pero que, cuando se llevan todo el día, se convierten en una fuente de problemas, tanto por el hecho de que no se cambia de calzado como por los materiales con los que se fabrican.
El impacto que ejercemos sobre el pie cuando hacemos deporte no es el mismo que cuando caminamos. El hecho de que sea un calzado tan flexible puede provocar el conocido “pie plano”. Esto es especialmente importante en los niños, porque efectará al desarrollo del pie.
La moda de usar zapatillas deportivas durante todo el día, algo que es habitual para un 85% de los niños y adolescentes, ha provocado un serio aumento de las infecciones y malformaciones en los pies, según ha declarado en alguna ocasión el Colegio de Podólogos de Cataluña (CPC).
Este organismo asegura que uno de cada tres menores sufrirá hipersudoración y alergias por el uso constante de las zapatillas, que provoca un excesivo calor y humedad en los pies.
Especialmente las conocidas como multitaco, muy de moda entre los niños porque las promocionan los futbolistas de elite, pueden provocar importantes malformaciones. La complicación más común es que «las uñas se traumaticen, se amoraten y se puedan perder», pero también resulta cada vez más frecuente que los dedos se acaben deformando y acaben tomando forma de garra, algo común entre las personas mayores, pero del todo anormal entre los críos.
Se aconseja combinar varios tipos de zapatos y, a ser posible, volver al calzado tradicional elaborado con materias naturales y suela de cuero, cuya porosidad permite la transpiración. La suela, debe ser lo suficientemente delgada como para que no anule la sensibilidad de la planta del pie. ¿Ventajas del cuero? Cuero y elegancia van unidos en este material. Aún no se ha inventado ningún material que tenga las mismas propiedades del cuero natural. Además, permite la transpiración del pie, evitando el mal olor. ¡Fundamental en adolescentes!
Y por último, pero no menos importante:
Un zapato de calidad y limpio es la mejor carta de presentación porque aunque no nos demos cuenta, estamos comunicando cosas sobre nosotros con nuestra forma de vestir. Piensa en una persona con los zapatos sucios, tu cerebro te estará diciendo que es una persona descuidada y no dejará muy buena impresión en ti.
Además, llevar zapatillas a partir de cierta edad no es muy recomendable si quieres madurar dignamente. Te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas mejor. ¿Te imaginas a una señora de 80 años con minifalda? Pues la misma sensación produce ver a un señor de 80 con deportivas.
Y recuerda “Shoes don’t lie”.